BARRILETEADA...


                   Al Dr. Cristian Herrera.
 Nuevamente estamos con los pies sobre la tierra y la mirada en el cielo.
Esta vez  conmemorando los diez años de la escuela hospitalaria de la Casa Cuna.
En la invitación decía “El aula somos nosotros” una frase atribuida al Filósofo Séneca. Llaman la atención estas palabras, porque  las clases se pueden dar en lugares diferentes a  un aula. Una escuela es mucho, mucho más que sus paredes. En el caso de la escuela hospitalaria esta va hacia la cama del niño internado.
Ellos son el aula.
La presencia de un guardapolvo en un hospital  que no pertenece precisamente a la sola atención médica, de enfermería o voluntariado  y que va más allá de la medicina… convencional, por darle una palabra, es créannos un alivio más para nuestros pacientes.
Los vemos todas las mañana, la escuela va hacia ellos y las venopunturas con sus sueros pierden protagonismo, la puntual medicación es solamente un  fugaz estorbo para terminar  el dibujo de la bandera o la casita de Tucumán, o esa cordillera…
Muchas veces, al entrar para revisarlos , los vemos tan concentrados en la tarea y alejados de las dolencias  que uno siente que interrumpe eso de pintar el mundo a través de la ventana, esa partida de ajedrez, esa cuenta, ese cuento...
-    ¿Me retiro doctor? ¿Molesto?
-    No por favor. Nos preguntan con ese respeto que también es escuela para los niños y niñas que pueblan las 234 camas de la Casa Cuna.  
Al ver a los docentes, que indudablemente  forman parte del equipo de salud, sentimos que hay un aliado más contra la enfermedad, además de las vacunas, los antibióticos, los analgésicos y todas las herramientas para enfrentarla  desde el simple hemograma hasta el tomógrafo. Esa herramienta es la enseñanza, la educación, que en el caso de esta escuela, mucho  tiene que ver con la ternura.
La escuela Hospitalaria número 3 “ Dr. Pedro de Elizalde” brinda escolaridad a todas la edades de los niños que padecen enfermedades transitorias o permanentes, tanto en la consulta médica como los internados.
Pensamos también que si las aulas crecen las celdas decrecen.
Parece lejano y utópico pensarlo pero es la educación el eje de una sociedad sana en todo el sentido de la palabra.
En el caso del Hospital Elizalde no se detiene ni siquiera ante la enfermedad.
Son diez años nada más, el hospital tiene más de 200…
Elevamos hoy barriletes al cielo por cientos de años de educación.
Gracias por venir, por compartir un pedacito de cielo y unos rayos de sol.

PD: Mientras se pensaba este texto, el 15 de noviembre de 2013 a pesar del enorme esfuerzo de los servicios de emergencia, terapia intensiva y anestesia, falleció en nuestro Hospital un joven médico residente  a quien sentidamente dedicamos este vuelo de barriletes. Estaba como tantas veces, como todos los días de su valiosa vida, en un aula, aprendiendo, como siempre, educándose. Era muy querido por todos  y cada uno de nosotros, humilde, aplicado, generoso, buen compañero. Los que  bien lo conocíamos  sabíamos que portaba sobretodo  una ternura infinita  hacia sus pequeños pacientes.

Querido Cristian , seguro estamos ;  estuviste hoy entre nosotros y ahora lo estarás siempre. 
Dr Rubèn Sosa